Los orígenes de la Cantera Aurisina se remontan al Imperio Romano. Los documentos históricos atestiguan el uso generalizado del mármol Aurisina en Aquileia desde el siglo I a. C. hasta el siglo V d. C., y en obras monumentales como el Mausoleo de Teodorico en Rávena.

Reactivada en 1845 bajo el Imperio Austro-Húngaro, la cantera Aurisina inició su desarrollo industrial, contribuyendo a la renovación urbana de ciudades como Viena, Budapest, Praga, Múnich y Trieste.

Actualmente, los mármoles Aurisina adornan los edificios más prestigiosos de ciudades como Milán, Londres, Nueva York, Ciudad de México, Tel Aviv, Nueva Delhi, Hong Kong, Singapur, Shanghai, Seúl, Taiwán y Yakarta.

La cantera constituye el único yacimiento mundial de mármol Aurisina, una extraordinaria piedra caliza caracterizada por variaciones cromáticas que van desde los tonos grises hasta los tonos cálidos.

Reconocido mundialmente por su singularidad y durabilidad, el mármol Aurisina se presenta en varias variantes según la veta.